Somos jóvenes, nacidos en la crisis económica.
El estado de bienestar, las prestaciones sociales nos son extrañas,
nuestros trabajos son temporales e intermitentes, la educación la
arrebatamos a nuestros iguales y cuando la alcanzamos, como un
privilegio, nos sirve para subir un nivel más en la pirámide.
Desencantados de todo, los partidos y sus siglas, la democracia, la
historia escrita y los héroes que nos ponen en los billetes, nos parecen
incongruentes, extraños ante los hechos y las cifras. Como una realidad
sacada de las peores predicciones, una sociedad alienada, en el colapso
ecológico, sujeta por el monopolio de la fuerza y por la manipulación
mediática, nuestro país es rehén de los mandatos financieros del
imperialismo. Estamos sujetos a interpretar el papel de país “en
desarrollo” permanente, para que sigan saqueando nuestro patrimonio,
explotando la mano de obra barata y exportable a EEUU, corrompiendo
nuestros pueblos y nuestra cultura. México nunca se desarrollará ni
acabará con la pobreza, porque en el concierto de las naciones su papel
ya ha sido decidido.
Hoy muchos en el mundo, afortunadamente se han preguntado lo mismo:
¿Es esto el mejor mundo que podemos tener? Y más para los jóvenes ¿Este
es el mundo que me espera?
Respuestas a esto hay muchas, sobre todo de las ediciones pasadas –
de cuando el mundo se le ha caido otro pedazo- que pretenden perpetuarse
aún cuando han fracasado en sus intentos transformadores. Y al final,
la cuestión es : ¿Tendremos nosotros que conformarnos con las
alternativas que nos dan a escoger? ¿Lo más que podremos alcanzar son
migajas? Porque el fondo no se toca. Y mientras esas alternativas no nos
puedan dar lo que queremos, mientras no quepan nuestros sueños en sus
urnas, la respuesta depende de nosotros.
Así, nos hemos conformado en Colectivo Interdisciplinario de Acción
Comunitaria (C.I.A.Co.), a fin de luchar porque los que hoy se han
puesto de pie nos organicemos, nos unamos y luchemos por acabar con este
régimen de hambre y engaño. Porque la individualidad no alcanza tampoco
para esos cambios, y en colectivo se comparte, se experimenta y se vive
de la manera en que hoy mas se necesita.
Sabemos que el destino de esta lucha no es definitivo, que cambia
constantemente y que como la utopía, damos un paso y se aleja dos. Pero
sabemos que esta lucha larga y tendida no será meramente para cambiar
nuestras condiciones, sino para cambiar nosotros mismos y volvernos
aptos para la revolución que aspiramos.
Por ello hemos planteado los siguientes puntos como nuestros principios
- Por la unidad y solidaridad con las luchas del pueblo.
- Por la acción contundente y organizada.
- Por la educación política.
- Por la recuperación de nuestras raíces comunitarias.
- Por la sensibilización ante las problemáticas sociales.
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