Visita de Joseph Ratzinger a México.
Mientras algunos sectores de trabajadores y jubilados en Michoacán se
quejan porque no se les ha pagado, ya sea porque el Gobierno Federal no
envió el presupuesto necesario para que las dependencias pagaran los
sueldos correspondientes o porque, como afirman otros, el presupuesto
llegó al Gobierno del Estado pero “por alguna extraña razón” no se les
ha podido pagar a los trabajadores; las grandes figuras políticas del
país están preparándose por que en unos días más arrancarán con sus
campañas de candidatura a la presidencia. Además, el numero de
asesinatos como consecuencia de la guerra contra el narco de Felipe
Calderón, sigue en aumento con el pasar de los días y, en medio de todo
este caos nacional, se anuncia la visita de Joseph Ratzinger a México
para finales de marzo de 2012.
¿Oportunidad u oportunismo?
La visita de Benedicto XVI a México es vista por muchos creyentes
como una gran oportunidad, como un privilegio que por fin se le está
concediendo al suelo mexicano. Sin embargo, existe otra gran masa de
ciudadanos que no puede evitar preguntarse ¿por qué la primera visita
del pontífice, que tan alejado se ha encontrado de toda América Latina y
de todos los problemas que han aquejado a México y sus vecinos del sur,
desde muchos años antes de que Ratzinger ocupara el puesto de poder que
ocupa actualmente, se llevará a cabo en una época tan inoportuna?
El proceso electoral está encima y los candidatos de los principales
partidos políticos ya tienen agendada, algunos desde hace semanas y
otros más recientemente, la asistencia a la misa que se oficiará el
domingo 25 de marzo en el Parque del Bicentenario de León, Guanajuato.
No es casualidad, que entre los invitados a la misa se encuentren
personajes como Carlos Slim, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego,
tres de los hombres más ricos de México. ¿Es coincidencia, entonces, que
la visita de Ratzinger a México se realice precisamente en vísperas de
la fecha de inicio de campaña para los candidatos presidenciales? ¿O que
se realice justo cuando se discute la modificación al artículo 24 de la
Constitución? modificación que de ser aprobada, abre las puertas a la
religión para inmiscuirse en asuntos de educación pública.
México está pasando por una alarmante situación de injusticia social
en la que, mientras el hombre más rico del mundo, amasa su enorme
fortuna junto con una pequeña elite que se ve generosamente beneficiada a
costa del trabajo y consumismo de la población mexicana; en lugares
como la Sierra Tarahumara miles de personas mueren de hambre, en muchas
ciudades y pueblos del país, millones de personas se ven obligadas a
aceptar trabajos denigrantes con sueldos ridículos para poder darse el
lujo de comer a veces y no muy bien. La clase política, como siempre,
dice estar luchando contra la injusticia y el desempleo, pero a pesar de
esta situación en la que viven millones de familias mexicanas, el
Estado destinará alrededor de $136.7 MDP en los gastos de Ratzinger y la
preparación de las ceremonias que se llevarán a cabo durante su
estancia.
Todo parece indicar que el verdadero objetivo de la visita de
Ratzinger a nuestro país tiene que ver con intereses que están por
encima de la fe y la devoción del pueblo mexicano. Su agenda está
encaminada a velar por los intereses económicos y políticos, entre los
jerarcas de la Iglesia católica y la clase político-empresarial
mexicana. Es por eso que el Colectivo Interdisciplinario de Acción
Comunitaria (CIACO) se pronuncia en contra de que esta visita sea pagada
con recursos públicos y de que el gobierno permita a la iglesia
católica inmiscuirse en la educación pública y en la vida política del
país.
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